Al fin de vuelta, extrañaba el caos y los bocinazos de Wervik, alla en Sudamérica todo muy lindo pero tanto orden, limpieza y amabilidad al final ya cansan. No sabés por todo lo que tuvimos que pasar; para muestra basta un boton:
en donde me hallo en medio de un ataque de estrés, sin saber para qué lado agarrar.
He tenido gran placer de ver a un monton de gente que hacia mucho no veia, y a los que no he podido, “no es falta de cariño” es porque no dio el tiempo (disculpas! disculpas!)
Este va cortito y al pie para informar que hemos arribado en buen estado de salud en general (a pesar del bolas tristes que puso un portafolios ultrapesado en el compartimiento del avion, que se nos cayo en la cabeza a Yurguensensen y a mi; y a él le rompio los lentes que necesita en forma imprescindible. Gracias fierita! Por suerte una señora de Sao Paulo nos dio un poco de cinta scotch para zafar el resto de las veinte horas de viaje que nos quedaban…)
Bueno, aca estamos, de a poquito iré procesando todo lo que nos paso y contaré los puntos culminantes y el resto quedara grabado en las respectivas retinas…